March 10, 2014 | Posted in: DERECHOS HUMANOS
Un texto escrito por la periodista de El Universal, Alicia de la Rosa, plasma en apenas algunos casos como la violación de los Derechos Humanos se ha insertado entre las herramientas de la autoridad para reprimir protestas. Muy cubano el expediente, muy del G2 de los Castro. Hagamos un recorrido por los testimonios de la barbarie:
“El rostro de los militares reflejaba odio, descontrol. Es como cuando tienes animales encerrados y los liberas, es como cuando sueltas a los perros, consiguen la presa y luego disparas. Los soldados actuaron como perros de cacería”. Así describe el estudiante de la Universidad Santa María (USM), Maurizio Ottaviani (20 años), su experiencia al ser capturado y golpeado por efectivos de la Guardia Nacional (GNB).
“Me encontraba cerca de la Torre Británica manifestando pacíficamente. Cuando volteé hacia la autopista, bajaba un grupo de motorizados de la GN. Mi reacción fue correr pero me cercaron y al verme atrapado no opuse resistencia. Se bajaron cuatro militares, me despojaron de mi morral, me golpearon y forcejearon para derribarme al suelo. Caí y mi instinto fue ponerme en posición fetal y protegerme. Me dieron patadas en el estomago, en la espalda y entre el dolor y el ajetreo descuide la cara. Uno de ellos con el tacón de la bota me propinó un golpe en el lado derecho del rostro”, explicó. Luego de 37 horas en tribunales, fue llevado a una clínica. Le diagnosticaron hemorragia conjuntival en 80% del ojo.
Aseguró que los GN al ver su rostro lo dejaron de golpear, le amarraron las manos con abrazaderas de plástico, lo montaron en una moto y lo llevaron al Distribuidor Altamira. Lo metieron en un autobús con todos los detenidos. “Sentí miedo. Pensé que me iban a matar. Los soldados nos aplicaron psicoterror las horas que estuvimos en el vehículo, amenazando con lanzar una bomba lacrimógena para ahogarnos”.
El Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), presidido por Ligia Bolívar, divulgó un informe que reportó hasta el 7 de marzo, sólo en la Gran Caracas, la detención de más de 400 jóvenes. En el balance se identificaron patrones específicos de actuación de los cuerpos de seguridad del Estado en la avenida Universidad (12F), en San Antonio de Los Altos (19F) y Los Castores, estado Miranda (25F) y en Plaza Altamira (28F).
“En la mayoría de los casos a los detenidos no se les permitió comunicarse con familiares y abogados; las autoridades no levantaron constancia del estado físico y síquico; reportaron que fueron despojados de sus pertenencias (celulares y billeteras). Casi todos denunciaron agresiones físicas (golpes, perdigones) y sicológicas (amenazas de muerte y violación sexual)”, reza el informe.
Del grupo capturado en la avenida Urdaneta, 16 jóvenes denunciaron que fueron víctimas de tortura y tratos crueles mientras permanecieron en el CICPC de Parque Carabobo. “Fueron obligados a permanecer de rodillas con el tronco erguido durante horas, recibieron golpes y fueron bañados con gasolina”.
Luis Gutiérrez, estudiante de la UCV, se encontraba participando en la manifestación que se realizó el 19 de febrero en San Antonio de Los Altos cuando fue aprehendido.
Explicó su madre, Katiuska Pietro, que los militares le propinaron una golpiza tan fuerte que “mi hijo presentó varias fracturas en el rostro y quedó desfigurado. Debió someterse a una intervención quirúrgica para reconstruirlo”, dijo.
Las abogadas, Elenis Rodríguez, directora de Fundeci, y Jackeline Sandoval, presidenta de Fundepro, acudieron a la Fiscalía junto a un grupo de jóvenes para denunciar, no sólo que fueron golpeados y humillados sino robados por sus aprehensores.
Ana Karina Triana, estudiante de Mercadotecnia, es una de las denunciantes. Fue capturada por la GNB en Plaza Altamira cuando caminaba junto a una amiga para irse a su casa. “Escuché a la gente gritando que corriéramos y lo hice pero en la vía había aceite que me dificultaba la acción. Un efectivo, me agarró por el cabello, me montó en la moto y me llevó al Distribuidor Altamira. Al llegar, recibí un golpe en la cabeza con el arma que usan para lanzar bombas lacrimógenas. ¡Quedé aturdida!”.
La joven de 20 años, a quien le quitaron su bolso, comentó que al entrar a un autobús estaban Shakira Casal y Lisbel Sanguino, esposadas y custodiadas por más de 11 militares. “Las muchachas gritaban porque varios de ellos les daban nalgadas y toqueteaban. Yo mantuve la calma y sin embargo los efectivos me gritaron y me amenazaron: ¡Te vamos a violar, perra sucia!”.
Alejandro Rodríguez fue llevado al Hospital Militar “porque un GN con la punta del fusil me partió la cabeza y me quitaron mis celulares”. De Haro, los GN lo golpearon. “Me dejaron hematomas en todo el cuerpo”. También le robaron su morral.
Moisés David Guánchez (19), fue desalojado del Centro Comercial La Cascada por los dueños del restaurante donde labora, debido a los disturbios del pasado 5 de marzo. “Cuando salió del lugar, la GN lo capturó, le disparó tres perdigones, uno en la ingle, cercano a un testículo, otro en el glúteo derecho y uno en el brazo”, explicó María Esperanza Hermida, coordinadora de Exigibilidad de Provea.
Su madre, Mónica Díaz, le explicó a Provea que a su hijo “lo encaramaron en una moto sangrando y los vecinos le gritaban a la GN que lo montaran en un vehículo y lo llevaran a un hospital. Se logró el traslado al Victorino Santaella”, precisó Hermida. Guánchez fue intervenido quirúrgicamente.
Esto ocurre en Venezuela. Hiede a G2 cubano.
elidesr@gmail.com / Twitter: @ejrl
1 Comment
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Flavia Serena
March 16, 2014
El circo romano, pero fieras contra humanos, no hay otra explicación para tanta barbarie. Estoy segura que sí se ven un gladiador correrían despavoridos, imagino contra un marine…
Alfredo Romero con el Foro Penal están haciendo un buen trabajo. Se debe denunciar, no callar.