March 19, 2014 | Posted in: ECONOMIA
Ya van varios ciclos de escasez en el país. Todo depende de cómo se muevan las divisas, pues la producción nacional está por el piso. El país insignia de la revolución castrocomunista en el mundo está quebrado y no tiene suficiente para que sus ciudadanos coman. Como en Cuba. Hace unos años el gobiernito tuvo que traer hasta en aviones granos y carne para evitar quedar al descubierto. En otra oportunidad importó tanto, siempre haciendo negocios en el exterior con sus socios cubanos, que se les pudrió la comida en los contenedores y tuvieron que desecharla. Ese escándalo quedó tapado a punta de impunidad y justicia arrodillada.
Y desde al año pasado, luego de haber gastado un dineral en las elecciones que ganó el finado comandante y las que posteriormente ganó Maduro, el país entró en barrena y sin dólares. Dejaron de cumplir obligaciones internas y le metieron un misil en la línea de flotación a las empresas productoras privadas. No le pagan a nadie. Ni líneas aéreas ni compañías del sector salud. Así que tienen que seguir importando, pero cada vez con menos dólares. De allí la gran pelazón en los mercados, en los estantes, en las vitrinas.
Las penurias históricas del pueblo cubano las está sufriendo desde hace tiempo el venezolano común. No el del clan de enchufados. Esos están protegidos. No podía ser de otra manera. ¿Quién ha visto a un Castro o algún miembro de su clan haciendo cola para comprar algo en La Habana? Nadie. Los clanes, tanto el de Venezuela como el de Cuba, tienen sus privilegios asegurados. Viajes, dólares, aviones, comida, propiedades. Por eso ni pensar en soltar el coroto. En Venezuela la gente pasa trabajo para comer. Colas y largas filas para poder comprar con limitaciones y bajo control. Pero eso no basta. Viene el racionamiento formal. Viene la tarjeta de racionamiento electrónica y un día fijo para abastecerse. Colita revolucionaria para que pueda comer y comprar su papel tualet. Ya veremos cuántos ministros veremos en las filas con sus tarjetitas. Por lo pronto reproducimos unas declaraciones del economista José Guerra, las cuales reflejan perfectamente los caminos por donde transita Venezuela.
“Para el economista José Guerra, la recién aprobada Tarjeta de Abastecimiento Seguro, no es más que una “Tarjeta de Racionamiento del Siglo XXI” que pretende ser institucionalizada al puro estilo de la libreta cubana implementada hace 50 años por el régimen castrocomunista. A su juicio, lo que se busca es controlar a los consumidores, para saber qué compran, cuándo compran y quién compra. Lo que resume como una lista de control político.
Sostuvo que la implementación de las máquinas captahuellas del Consejo Nacional Electoral (CNE) para el registro de la Tarjeta de Abastecimiento, tiene como finalidad controlar las veces que los consumidores acuden a la red de mercados del Gobierno para adquirir alimentos.
El especialista considera que la crisis que vive el país es insostenible y que las medidas que ha tomado el Gobierno siguen incrementando la escasez y el desabastecimiento. “Definitivamente hay un malestar en el venezolano y lejos de resolverse se está agravando. La política económica es muy errática. El Gobierno nacional está sobreviviendo, intentando apagar su propio fuego”.
Guerra dijo que los venezolanos que hacen largas colas para conseguir los productos de la cesta básica pierden su tiempo, porque al final terminan pagando los productos más caros, no solo por la espera para comprar los alimentos, sino que deben conformarse con las marcas que se encuentran, evidenciando esto una caída en la producción de la actividad económica, que se evidencia con los niveles de escasez prolongados que según cifras del Banco Central de Venezuela (BCV) en el mes de enero se ubicó en 28%.
El también profesor de economía de la Universidad Central de Venezuela (UCV), indicó que tal y como van las cosas para el cierre de este año, es probable que el país cierre con el índice de inflación y escasez de Venezuela más alto del mundo. “Tenemos un serio problema de dólares y vamos a una macro devaluación del Bolívar que es el Sicad II (Sistema Complementario de Administración de Divisas)”.de tener control político sobre los ciudadanos.
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