August 9, 2014 | Posted in: ECONOMIA
Muchos expertos lo dijeron: viene la mamá de las crisis económicas. Tanto socialismo pirata es demasiado para cualquier país del mundo, salvo Cuba que ya agarró la dosis completa y quedó entre jineteras y limosneros. Y, en efecto, Venezuela apenas está dando sus primeros pasos en lo que parece el más grande tsunami financiero en toda la historia del país. No solo se trata de lo que la gente sufre diariamente. También ahora está público y notorio el verbo de los próceres del proceso.
Rafael Ramírez, comandante en jefe de la maltrecha economía venezolana, lo dice a cada rato. Hay que ir a un cambio único, hay que revisar muchas cosas. Admite la necesidad de aumentar la gasolina y, así como por no dejar, si aparece un comprador con buenos billetes venderían a Citgo. Chacón, el jefe visible del sistema eléctrico, admite que es una necesidad revisar las tarifas del servicio, aunque le pongan el nombra más elegante que puede estar entre ajuste o rematrización tarifaria perimetral. Usted escoge. La inflación, como ya está asentado en los bolsillos de todos, no la para nadie. Y en esa materia no vale que el gobierno esconda por meses las cifras que ya el BCV debe haberle dado hace tiempo. Es una materia que la gente sufre cada día y no necesita un informe mensual para saber que sus ingresos cayeron en el mismo saco roto de los cubanos en la isla más miserable de todo el Caribe. En general fritos y sin muchas opciones a futuro. Lo que viene es candela y, según los más calificados expertos en economía comunista, lo mejor es que se amarre al palo que tenga más cerca para que no se lo leve el agua.
Siempre se dice que el país está saturado de diagnósticos y de revisiones en círculos de los mismos problemas que año tras año se agravan. Es el mismo discurso crítico dando vueltas con los mismos oídos sordos que se empeñan en seguir el mismo camino que los ha llevado a incrementar la deuda hasta más de 240 mil millones de dólares, a venderle el alma a los chinos, a entregar riquezas a los rusos y a deberle a todo el mundo. Este gobierno le debe plata a proveedores, empresas y hasta los propios trabajadores del proceso. No paga. Sencillamente no cumple sus compromisos. Y como es necesario seguir en el camino de la consolidación del socialismo cueste lo que cueste, pues hay que vender los peroles. Las posibilidades de nuevos endeudamientos no son muchas. Salvo los chinos, que en cualquier momento se quedan hasta con el Guaire, que con el cuento del Fondo Chino están desplazando con creces al FMI o los rusos que no fallan en materia de armas y líneas de crédito a cambio de cualquier cosa. Por eso el rumor de la venta de Citgo. En medio de esta pelazón parece lógico que lo hagan. Son más o menos 15 mil millones de dólares, de los cuales hay que pagar unos 7 mil millones de dólares por deuda en octubre, y lo que queda da para alargar el cuero y ganar un tiempito.
Pero si es por vender, ahora es cuando. Hay todo un mercado de las pulgas. Oro, ríos, el Avila, el Puente sobre el Lago, los Médanos, el Orinoco, el Obelisco de Barquisimeto. Y hay más. Toda Guayana. Toda la Faja. Los Llanos con caballos y todo.
Todo sea por mantener la revolución.
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Twitter: @ejrl
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