February 27, 2014 | Posted in: POLITICA
El gobiernito de los Castro en Venezuela no dialoga así no más. Cuando se sienta en una mesa con algún sector lo hace bajo varias condiciones. Nunca lo hace por estilo propio, por mandato de una forma de ser o por la necesidad de mantener armonía y cordialidad entre los factores que hacen vida en la sociedad, la gente y el poder. Eso no está en el radar.
¿Cuándo el gobierno ve la necesidad de dialogar? Cuando tiene el agua al cuello. Cuando está con la imagen sucia y casi cayendo por el barranco. Cuando necesita la ayuda de otros, los mismos que ataca y entierra. Eso quiere decir que esa intención de diálogo, para empezar es falsa y para completar es interesada. Lo que de verdad necesita es que le metan el hombro, bajo sus condiciones, con la única idea de poder salir del problema económico, político y social en que se encuentra. No para rectificar y enderezar lo que va mal. Eso jamás. Solamente para lograr un tiempito que le permita reagrupar, rediseñar estrategias y seguir en la profundización de las mismas políticas que lo están matando.
¿Que sigue al diálogo sincero? Una agenda de posibles acuerdos, agenda de puntos a tratar. Luego la negociación necesaria y finalmente los acuerdos alcanzados. Adquiridos los compromisos, pues a ejecutar, a llevar a la práctica lo acordado. ¿Hasta dónde llega el gobierno? Hasta el simulacro de diálogo. No más. Y ese es el punto serio de esta etapa de la vida de los venezolanos. El gobierno apunta a más comunismo, a más cubanización. La oposición justamente la vía contraria. ¿Cómo acordarse ahí si el gobierno jamás cederá en su visión filosófica ni la otra parte en la suya? Por eso apenas hace que dialoga. Las intervenciones de casi todo el chavismo fueron agresivas y reforzaron sus posiciones. De hecho Maduro lo dijo: no tenemos porqué claudicar en nuestras posiciones. Pues, lamentablemente, no se trata simplemente de trabajar juntos. Se trata de algo más profundo. Se trata de compartir el proyecto social y de vida para Venezuela y su gente. Y eso no ocurre. Ni ocurrirá.
Hagamos un ejercicio. ¿Ustedes creen que el gobierno dejará a un lado su visión controladora de la economía, de control de precios, de control de cambio, de penalizar con cárcel cualquier actividad empresarial que considere ilícita? ¿Ustedes cree que el gobiernito dejará a un lado el proyecto de hacer de la estructura del Estado una red de comunas? ¿Ustedes creen que el gobierno será capaz de anular todos los acuerdos con Cuba y otros países que cuestan alrededor de 20 mil millones de dólares por año y que ahora se están necesitando? ¿Ustedes creen que el gobierno dejará de reprimir, perseguir y enjuiciar a líderes de oposición cuando su proyecto es eternizarse en el poder? ¿Ustedes creen que el gobierno abandonará la idea del “no volverán” referido a la oposición?
Todas las preguntas se responden con un no. Por eso dudamos del éxito de esta nueva puesta en escena del diálogo al estilo cubano.
elidesr@gmail.com / Twitter: @ejrl
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