April 22, 2014 | Posted in: ECONOMIA
Sin mercancía quedaron los moribundos centros comerciales de Venezuela
Entre el último trimestre del año pasado y el primero de este 2014, el gobierno revolucionario que encabeza el heredero del comandante muerto, Nicolás Maduro, ha venido jugando con la opinión pública en muchos aspectos, pero con mucho énfasis en materia económica. De hecho siempre ha jugado con la gente. Como los gatos con los ratones. Y, además, el chavismo y los jefes cubanos tienen un problema de prioridades. La política, mantenerse en el poder ocupa el primer lugar de la cadena alimenticia. La economía no parece ser importante ni siquiera de segunda a tercera. Por eso es lo económico lo que los está tumbando.
En el 2013 con Chávez desaparecido en Cuba, en febrero, apareció una resolución firmada por el finado devaluando el bolívar tísico justo dos meses antes de unas elecciones que todavía no se habían anunciado, pues estaban ligadas a la muerte de Chávez; pero que para el gobierno y oposición eran inminentes. Nunca se sabrá, al menos mientras esta gente sea gobierno, los detalles de la historia de la muerte de Chávez. Lo cierto es que la anuncian al país el 5 de febrero, un mes después de haber devaluado. Así sería la situación de complicada que un gobierno que pierde a su líder por muerte y va a unas elecciones con un candidato malo y errático, tuvo que devaluar, incluso sin saber (dicen por ahí) que el comandante no sobreviviría. El caso es que desde ahí en adelante Maduro y su clan se la pasan amenazando con medidas económicas graves, muy importantes, en cadena nacional y con la solemnidad necesaria para que la gente tome en serio que la cosa está fea. No obstante, llegado el día de los anunciaos no hay ni una sola medida de fondo que pueda hacer pensar que el panorama mejorará.
Pasaron meses convocando para los anuncios de medidas de ajuste. De esos intentos salió el Sicad II y otro par de devaluaciones; pero medidas serias, lo que se dice medidas seria, nada de eso. Por eso el espectro económico sigue siendo el mismo o peor. Y, de paso, con loqueteras en el camino. Eso fue precisamente lo que ocurrió antes de las elecciones de alcaldes y concejales cuando Maduro tiró el ataque suicida contra comercios y mercados. El Dakazo le dio votos. Por eso ganan los comicios, pero agravó el entorno que hoy los está matando. La escasez anda por 60%, la inflación de marzo ni siquiera se ha informado por miedo, el desempleo amenaza con irse de las manos. Los dólares del petróleo no alcanzan para seguir manteniendo a los vividores del proceso revolucionario y hay evidente paralización de la actividad económica. Maduro, una vez más anuncia medidas efectivas, rápidas y serias.
¿Qué hizo en la realidad? Inspeccionar cochineras y abastos para obligarlos a bajar los precios. A eso lo llaman ofensiva económica. Va Maduro con la televisión en el cuello y se pasea entre marranos y potes de leche antes de anunciar sanciones y cierres. Ese es el tipo de medidas que tienen quebrado a todo el mundo, especialmente al propio gobierno.
¿Incapacidad, ineficiencia? O es un plan para destruir al sector privado de la mano de los hermanos Castro, los asesinos del Caribe.
elidesr@gmail.com / Twitter:@ejrl
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