April 8, 2014 | Posted in: POLITICA
“Una Ley de Amnistía, la creación de una Comisión de la Verdad independiente que permita investigar los crímenes ocurridos en las últimas semanas, una renovación de los poderes públicos equilibrada y el desarme de los grupos civiles. Estos son los temas que la oposición desea abordar en un diálogo con el Gobierno.
Así lo planteó la Mesa de la Unidad Democrática en una carta que entregó a la misión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) con la que se reunión para analizar la factibilidad de entablar unas conversaciones con las autoridades que permitan superar el actual clima de crispación y polarización”.
Nicolás Maduro aceptó hablar, pero sin condiciones previas y sobre los cuatro puntos planteados por la MUD no se ha pronunciado. Es evidente que lo que quiere es una buena foto para el mundo, para las portadas de medios internacionales y después levantarse con las siguientes palabras “no dialogo con condiciones” o “yo cumplí y los llamé a habar, pero la oposición no quiere”. Por eso es fácil predecir por qué fracasará este intento de ocupar la misma mesa. La clave está en desmenuzar el comienzo de esta nota y revisar individualmente las aspiraciones de la MUD para solamente sentarse a dialogar. Son de imposible cumplimiento para el gobierno de los hermanos Castro.
Primero. Una ley de amnistía general. ¿Y sacar de la tortura mortal a Iván Simonovis, quien es el emblema viviente de los hechos del 11 de abril? Simonovis es el escudo de la épica chavista y por eso lo están matando. Es venganza con simbología. Es la muestra del comunismo triunfador. El trofeo. Ni más ni menos. No lo soltarán. Tal vez a algunos de los exiliados se los calen en Venezuela otra vez, pero condicionados al silencio esclavo. Los estudiantes también son candidatos a una medida de gracia, pero ¿se imaginan a Leopoldo López saliendo de Ramo verde triunfador acompañado por una multitud, con María Corina y Carlos Vecchio al lado? Punto negado casi en su totalidad.
Segundo. Comisión de la verdad. Saber exactamente quiénes torturaron y cómo lo hicieron. Saber exactamente cómo trabajan y quién paga a los malandros motorizados disfrazados de colectivos. Saber qué oficiales de verde dieron las órdenes de triturar personas y de allanar ilegalmente viviendas y oficinas. Saber qué ocurrió con los desaparecidos. Saber qué fiscales y jueces actuaron en la masacre judicial. Punto negado de plano. Este es un régimen facineroso. Jamás se sabrá la verdad de nada, mientras sean gobierno. Olvídenlo.
Tercero. Renovación equilibrada de los poderes públicos. Jamás. Pero nunca jamás. Este régimen necesita trabajar sobreseguro. Es su naturaleza. Como en Cuba. Requiere para su existencia del control total de las instituciones. Solo imaginarse un fiscal de equilibrio que actúe cuando haya necesidad de hacerlo o una contraloría eficiente y justa es para salir corriendo de pánico para cualquier chavista con 15 años de cochinadas encima. Solamente con las investigaciones sobre corrupción y narcotráfico de disuelve esta revolución estafadora. Negada también.
Cuarto. Desarme de grupos civiles armados. Estos son los colectivos malandros cargados de Glock .40, FAL y hasta HK, armas que recibió del mismísimo gobierno y de algunos personajes muy conocidos del régimen. Los cubanos crearon estos grupos en Cuba y los reproducen en todas partes donde tienen las manos metidas. Son “el pueblo” en defensa del gobierno. Ningún régimen malandro se permitirá perder su verdadero ejército. Negado de plano. Malandro necesita malandro.
Diálogo muerto de arrancada.
elidesr@gmail.com / Twitter: @ejrl
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