La guerra ya terminó
April 1, 2019 | Posted in CORRUPCION, CRONICA, ECONOMIA, POLITICA | By
Las guerra en Venezuela ya terminó
ELIDES J. ROJAS L.
El régimen chavista tiene bastante tiempo vociferando sobre su eterna guerra contra el imperio, contra Estados Unidos. Es, obviamente, parte de la narrativa impuesta por la estrategia de los Castro para darle una personalidad épica al discurso del comandante muerto, antes, y al de Maduro y demás miembros de la cúpula, ahora mismo. Todo régimen comunista que se respete es enemigo de Estados Unidos. Esa es la premisa. Y se la pasa años buscándole pelea sin conseguirlo, la mayoría de las veces. Pero cuando logran molestar al elefante deben saber que serán pisados en poco tiempo. Siempre ha ocurrido.
En el caso venezolano, el jefe máximo del despelote, el fallecido Hugo Chávez, le dijo al imperio de todo y le manoseó todos los rincones posibles, pero el Norte nunca le paró ni un átomo. Con Maduro la cosa es diferente. Hay violaciones constitucionales demasiado visibles. Hay señales de dictadura por todas partes. Hay violaciones de Derechos Humanos a granel. Hay asesinatos, persecuciones y juicios amañados que brillan por todo el mundo. Hay una corrupción de tal monstruosidad que en muchos países están siguiendo de cerca dónde meten los dólares los chavistas de cuello más rojo que blanco. Hay indicios de cosas peores, al menos en los señalamientos internacionales: Narcotráfico y vínculos con el terrorismo. Esas dos cosas por sí solas bastan para que el imperio tome en serio el asunto. Y lo está haciendo.
Nunca antes Estados Unidos había asumido una posición pública tan determinante y frontal contra una dictadura o contra un régimen con malos antecedentes. Si se revisa en la historia reciente se encuentran declaraciones de altos funcionarios muy cercanos a la Casa Blanca o al Poder Legislativo norteamericano amenazando y echándole plomo a gente como Hitler, Saddam o Gadafi. Ya se sabe cómo terminó eso. Y ahora tampoco parece haber vuelta atrás. No si nos guiamos por declaraciones, sanciones, medidas y señalamientos.
El tema fundamental es identificar cómo será la presión que llevará a un desenlace. Nadie quiere una desigual confrontación bélica. De hecho todos los países, incluso los que apoyan a Guaidó, muestran su rechazo por una salida militar; pero hay que admitir que el chavismo está jurungando paciencias como si buscara una pelea que perderá de calle. Solo imaginemos los posibles objetivos de un eventual enemigo de la revolución chavista. Veamos.
El Guri. Un ataque contra la principal central hidroeléctrica de Venezuela, además de hacer inviable al país por largo tiempo, resultaría letal y definitivo. No se habla más. Ahora si la opción es contra el sistema eléctrico nacional por partes no tiene sentido práctico. Ya eso está destruido. No vale la pena el esfuerzo y la movilización. Si la cosa es contra las vías, carreteras y autopistas, esa guerra lo que da en risa. Esto también está destruido. Si al atacante se le ocurre dirigir sus baterías contra la red de distribución de agua potable también perderán un montón de plata y tiempo. Eso también está por el suelo. Si acaso llegaran a pensar que con limitar la capacidad de producción de alimentos del país podrían acelerar una rendición, pues tampoco tiene sentido. En Venezuela no se produce comida y lo poco que hay por ahí es importado y se paga con unos dólares que ya no hay. Si se trata de sabotear la producción petrolera y la refinación de gasolina, ya el chavismo se adelantó e hizo el trabajo con una eficiencia digna de los mejores marines. Y ni hablar de una red hospitalaria y asistencia que no resistirá con buen resultado las consecuencias funestas del plomo. Heridos sin chance de ser atendidos. Ni medicamentos hay.
Así que la opción militar, por lo que se ve, ya pasó. Ya terminó. Y sin que llegara ni un avión. Todo hecho en casa.
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